El sangrado poscoital es aquel que se produce en las mujeres después de haber tenido relaciones sexuales. El término médico que se utiliza para referirse a esta situación es coitorragia. Se trata de una situación bastante frecuente que no se relaciona con la menstruación.
Muchas mujeres que experimentan este sangrado poscoital tienden a asustarse. No obstante, se calcula que le ocurre casi a un 10% de las mujeres . Además, la mitad de los casos se resuelven de manera espontánea porque no tienen una causa patológica.
De hecho, son muchas las situaciones que pueden causar este sangrado poscoital . Por ello, en este artículo te explicamos las más relevantes para que sepas qué puedes hacer si te ocurre. Es importante saber que lo ideal es siempre consultar al médico ante cualquier duda.
¿Por qué ocurre el sangrado poscoital?
Como ya hemos mencionado, el sangrado poscoital tiene una etiología muy variada. De hecho, es más común que se trate de alguna causa no patológica y que se resuelva espontáneamente , como una herida pequeña por la fricción del sexo. Otras de las posibles causas son:
- Secuencia vaginal. Esta misma secuencia es la que provoca que, durante la fricción, se produzca algún pequeño desgarro. Es muy común que, si no estás lo suficientemente excitada o estás nerviosa, la vagina no esté todo lo húmedo que debería estar. En estos casos, usar un buen lubricante puede ser la solución.
- Utilizar anticonceptivos orales. Son medicamentos que alteran el ciclo hormonal de la mujer. Las hormonas repercuten notablemente en la humedad de la vagina, por lo que los anticonceptivos también se asocian mucho a secuencia.
- Tener una infección, ya sea una enfermedad de transmisión sexual o una infección por hongos o bacterias propias de la vagina . Es muy importante conocer que el sangrado poscoital puede ser uno de los primeros signos de las ETS. Siempre hay que acudir al médico para estudiar esta posibilidad y tratarla.
Las infecciones son mucho más frecuentes de lo que pensamos . Además, como acabamos de mencionar, no siempre se trata de ETS. Muchas mujeres experimentan infecciones bacterianas o fúngicas a lo largo de su vida por una simple bajada de defensas u otros motivos.
Sangrado patológico poscoital
Por otra parte, es cierto que este sangrado poscoital puede tener causas más graves. Aunque no es tan frecuente, el sangrado puede deberse a un pólipo endometrial, un fibroma uterino o, incluso, cáncer de cuello uterino .
El cáncer de cuello uterino es la causa más grave de que aparezca este sangrado poscoital. Afortunadamente, se trata de una patología que cada vez tiene menor incidencia. Esto es así gracias a que las mujeres se realizan con más frecuencia revisadas ginecológicas.
Además, muchos estudios han demostrado que existe relación entre el cáncer cervical y el virus del papiloma humano . Es por eso que, hoy en día, gracias a la vacuna frente a este virus, también se ha reducido el número de mujeres con este tumor.
¿Cómo se puede diagnosticar el sangrado poscoital?
Como acabamos de ver, las causas del sangrado poscoital pueden ir desde una secuela fácilmente tratable a un problema más grave, como es el cáncer de cuello uterino. Por ello, es importante que se haga un correcto diagnóstico de la causa de este sangrado.
En primer lugar, hay que saber identificar si el sangrado es poscoital o no, y también diferenciarlo de una posible menstruación. Del mismo modo, es esencial comprobar que no hay lesiones en la zona que puedan estar provocando la sangre, como un pequeño desgarro.
El ginecólogo se encargará de realizar un examen de toda la zona . Además, se suelen pedir pruebas complementarias, como una citología vaginal y un cultivo. Así, se pueden descartar las infecciones o el cáncer.
Por otra parte, para llegar a un diagnóstico sobre las causas del sangrado poscoital, hay que explicarle al médico la situación completa , si tienes alguna otra enfermedad de base o si tomas algún medicamento.
En conclusión
El sangrado poscoital es una situación muy frecuente, que la mayoría de las veces no tiene ningún origen patológico . No obstante, es necesario descartar que exista alguna enfermedad que lo provoque, como una infección. Por ello, es importante acudir al ginecólogo ante cualquier duda.